Aptitudes propias del Ingeniero

Artículo escrito por: Edward Yance Rojas

Existen dudas dentro de la formación académica, sobre lo que uno puede llegar a realizar desde el momento en que uno concluye los estudios universitarios. ¿Seré un buen profesional si me dedico a la industria de procesos? ¿Me irá mejor como ingeniero en el campo de hidrocarburos, minerales o alimentos? ¿Y si me dedico a la investigación pura o aplicada? ¿O al laboratorio?

Durante mi experiencia profesional, he observado a muchos colegas ingenieros – algunos recién iniciados y otros con muchos años de experiencia – sintiéndose desanimados por su elección laboral, trasladando esa insatisfacción en niveles de baja productividad y deterioro de la salud física y mental. Y esto es un dilema común en la actualidad.

Debemos entender que si bien la formación del ingeniero – independiente de la vocación o especialización académica – es en la mayoría de casos, interdisciplinaria, (toda vez que, utilizamos muchos conceptos aplicados de las ciencias fácticas y sociales, como la física, química, y economía, citando algunos casos, a favor del desarrollo de la humanidad), son pocos los profesionales que rescatan la necesidad de analizar y conocer las aptitudes propias, así como las requeridas para la posición que actualmente desempeñan. Durante mi búsqueda bibliografía sobre industrias de procesos, me topé con una respuesta tentativa a esta interrogante: ¿Existen algunas aptitudes que vayan de acuerdo a lo que en realidad me apasiona realizar? Mi respuesta se remonta a unos sesenta años atrás (puede sonar desfasada, aunque muchas de nuestras ideas actuales mantienen vigencia, hasta demostración contraria). Lo interesante de la tabla mostrada líneas abajo es aplicar las diferentes permutaciones de aptitudes “requeridas” para desempeñarse en los distintos campos de aplicación profesional citados.

Pensemos un momento en ello: No todos somos buenos oradores, jugadores de fútbol, hábiles con la tecnología o pensadores rápidos. Aún así, tenemos la tendencia a destacar en muchos aspectos con aptitudes que podemos notar desde mucho antes de una elección laboral (por ejemplo, yo me considero muy hábil desde la universidad en realizar procesos de simulación, aprender técnicas analíticas de laboratorio y dominar lectura rápida).

Por lo cual, considero la difusión de esta tabla como una guía de decisión preliminar, la cual no es determinante, y así puede brindar una idea de aquellas aptitudes por desarrollar y/o adquirir si deseas desempeñarte en ciertos campos de aplicación. Entiéndase como “X” en modo cualitativo a las aptitudes requeridas para desarrollar ese tipo de trabajos, y con “XX” a las que requieran un mayor grado de dominio de la aptitud. Cabe precisar que los espacios en blanco en el recuadro no representan la carencia de la aptitud.

Fuente: Pacifico, 1959

No debemos olvidar que, es importante mantener una retroalimentación con los empleadores a fin de definir oportunidades de mejora y generar líneas de carrera afines en línea horizontal y vertical de acuerdo a las aptitudes y labores que se desempeñan. Asimismo, es responsabilidad de las empresas, realizar sesiones de coaching / talleres de liderazgo a los profesionales de manera periódica, resaltando que las aptitudes, ya sean naturales o adquiridas, pueden ser potenciadas y mantenerse vigentes a lo largo del tiempo, ya que la valoración de las ideas aplicadas, permite el crecimiento sostenido de las empresas.

La diversidad del ingeniero junto con un adecuado manejo de aptitudes propias, lo lleva a obtener satisfacción profesional, y contribuir con el clima laboral, así como perpetuar una cultura organizacional referente en el mercado.

Referencias

Pacifico, C. (1959). Happiness As A Goal. Chemical & Engineering News Archive, 37(4-b), 10-13. doi:10.1021/cen-v037n004b.p010

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