¿Somos todos Ingenieros de Procesos?

Sin darnos cuenta lidiamos con procesos todos los días, desde preparar una simple taza de café, realizar el involuntario proceso de digestión de alimentos, hasta describir el complejo proceso de refinación de petróleo. Entonces ¿cómo definiríamos la palabra “proceso”? El concepto más próximo sería: un proceso es una serie de “actividades” que transforman una “entrada” en una “salida” agregándole a este último -de alguna u otra forma- un valor agregado y siguiendo la secuencia entrada-proceso-salida.

Un claro ejemplo sería el proceso de elaboración de cerveza: los elementos de “entrada” son el agua, la malta, el lúpulo y la levadura. Estas materias primas seguirán un orden de “actividades”: molienda, maceración, filtración, cocción y fermentación; cada una de estas actividades cuentan con variables controladas (presión, temperatura y tiempo). Finalmente, conseguimos como producto de “salida” la cerveza y todas las características organolépticas (sabor, olor, color) y fisicoquímicas (densidad, viscosidad, pH) con que la conocemos.

Y es así como facilitamos la descripción de la labor de un ingeniero de procesos, pues es el encargado de diseñar, controlar y optimizar los procesos ¿cómo? mediante el uso de ciencias exactas (matemática, física, química), fenómenos de transferencia, herramientas tecnológicas, entre otros. Estas últimas mencionadas nos permiten no solo comprender perfectamente la ruta del proceso, sino simular y ejecutar acciones que nos faculten generar mejores productos con menos recursos (tiempo, dinero, materiales y recursos humanos).

Puede parecer complicado, pero lo cierto es que todos vivimos diseñando, controlando y optimizando nuestros propios procesos cotidianos. Al elegir la cantidad de cucharaditas de azúcar con que nos gusta preparar nuestro café o al optar el camino más corto para llegar al trabajo. Cuando decidimos qué echar en la maleta por las mañanas o cuando organizamos un evento familiar. Para cada uno de estos casos no se requiere más que la experiencia para determinar una mejora. Entonces ¿somos todos ingenieros de procesos? Es indiscutible que no todos tenemos el título de “ingeniero”, pero en nuestro afán de resolver problemas y haciendo uso de nuestras habilidades innatas como el ingenio, la curiosidad, la creatividad y el empeño podemos conseguir procesos cada vez mejores.

Artículo escrito por: Italo Causso Astete

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